• 1

    "La escritura no es producto de la magía, sino de la perseverancia" (Richard North Patterson)

  • 2

    "Escribir es una forma de hablar sin ser interrumpido" (Noel Clarasó)

  • 3

    "Escribir con sencillez es tan díficil como escribir bien" (W. Somerset Maugham)

  • 4

    "Aprende tanto escribiendo como leyendo" (John Dalberg-Acton)

 

 

 

El lenguaje provee al autor de herramientas para definir los múltiples e insospechados eventos que provienen de una palabra, una frase o un sonido, y que se concentran en la reunión de sustantivos, adjetivos y tiempos verbales reunidos por nexos y goznes.

Para modelar el mundo imaginario del escritor, éste debe encontrar el léxico adecuado. ¿Cómo hacerlo? Sabiendo que el discurso de la novela está construido sobre la lengua común, pero organizado de un modo diferente. En la novela, las palabras constituyen un sistema autónomo en el que todo es posible si responde a las leyes que instaura este sistema.

Es preciso elegir las palabras que necesita la novela, las exactas, y con ellas construir frases que tengan unidad y fuerza.

Hay que considerar varios planos que las palabras ofrecen:

- significado estricto general
- connotaciones
- sentido particular otorgado por el uso dado
- poder de sugerencia
- asociación con otras palabras

El escritor debe establecer un camino semántico propio, es decir, debe reunir palabras que persigan un mismo propósito de sentido, y así organicen el texto.

Las palabras que sirven al autor para dar una idea de los hechos son los verbos y los sustantivos. Éstos hacen relación a todas las formas posibles en cuanto a cosas, animales o personas. Los verbos indican las acciones que éstos ejecutan; los adjetivos otorgan propiedades al sustantivo; y los adjetivos otorgan propiedades al sustantivo.

Los adjetivos son palabras empleadas para explicar cómo son los objetos que se nombran; completan las descripciones, y su función es extender y aclarar el significado del sustantivo o, en general, de la acción alrededor de la cual se encuentra. El escritor puede emplearlos para rellenar un texto cuyo peso significante debe ser equilibrado, y también puede fijar en la conciencia del lector ciertas características, con la intención de convertirlas en determinantes en la historia.

Sin embargo, abusar de los adjetivos es peligroso, como igualmente lo es usar adjetivos tan lógicos que desmerecen la descripción en lugar de particularizarla.

Las acciones se expresan gramaticalmente mediante los verbos: controlar el uso de los verbos es una tarea primordial del escritor. Los modos y tiempos de los verbos empleados han de ser adecuados a los propósitos del novelista: tienen las responsabilidad de situar al lector en el momento de la historia. Asimismo pueden marcar el estado de ánimo de los participantes en los hechos mismos como acciones determinadas.

Su elección depende principalmente de la intención que tenga el autor al desarrollar la novela, de que el lector perciba las intenciones del escritor se encarga el lenguaje empleado: el texto y el contexto.

Este consejo forma parte del taller intensivo Aprender a redactar mi primera novela. Toda la información en nuestra web.

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