Dentro del relato fantástico, el lector puede encontrar diferentes elementos, de modo que tienes que tenerlos en cuenta a la hora de escribir. ¿A qué tres elementos nos referimos?

1- Un elemento sobrenatural inédito: en la narración fantástica debes presentar algún elemento que no siga las leyes naturales, que no pertenezca a una mitología conocida, sino que esté fuera de toda tradición y que no se pueda explicar durante la narración. Si finalmente el lector le encuentra una solución racional, estamos frente al género de lo extraño en vez de ante lo fantástico, y desde el punto de vista estructural el lector se hallaría ante el género policíaco tradicional, que representa lo inexplicado para después insistir en una progresión lógica hacia una explicación que no dejará de satisfacer tanto al lector como a las reglas internas de un universo narrado que en ningún momento se aleja de las leyes naturales.

2-  El universo identificable o "hiperrealidad". Nos referimos a que el universo en que tú desarrollas la acción fantástica es una réplica del mundo real en que se desenvuelve el lector; quizá esta es la principal diferencia entre la narración fantástica y los cuentos maravillosos o de ciencia ficción. Y es que lo fantástico depende, en gran medida, de una representación realista del mundo para que funcione. Para que tu relato pueda provocar miedo o duda, tienes que convencer al lector de que la realidad que representas es la suya, y demostrarle que el elemento sobrenatural es inaceptable en este mundo. Por otra parte, los protagonistas son personas comunes en un entorno cotidiano. Así se puede hablar de hiperrealidad, es decir, de la exageración de los aspectos más corrientes de la realidad; se trata de un realismo llevado al extremo, que representa un universo tan aburrido que no merece la pena que se mencione. Tanto es así que sin lo sobrenatural, tu narración no tendría razón de ser, pues ni tus personajes ni tus circunstancias presentan alguna particularidad que justifique el texto.

 3-  La ruptura radical entre el protagonista y el universo. La narración fantástica se tiende a oponer al protagonista, víctima del fenómeno fantástico, con sus estructuras sociales; una oposición que se puede analizar en términos de razón contra la irracionalidad, realidad contra lo sobrenatural o individuo contra colectividad, y se puede definir como un choque entre dos códigos semióticos opuestos el uno al otro: se sugiere la presencia de un elemento irracional en el universo del lector, y por lo tanto se oponen al código de la realidad y al de lo irracional.

Estos tres parámetros reunidos forman las características estructurales del género fantástico, y debes tenerlos en cuenta a la hora de escrbir. Muchos relatos de este género pueden presentar aspectos típicos del género extraño, maravilloso o incluso de ciencia ficción, y los relatos puramente fantásticos no son tan comunes como generalmente podemos considerar.

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